En los últimos minutos del Apertura, frente a Lanús, Franco Nicola fue el encargado de ponerle punto final al semestre de Atlético: anotó el 1-0 y dejó, al menos, una mueca en el rostro de los hinchas. El equipo de Lucas Pusineri no había tenido un rendimiento convincente y había mostrado dificultades en varios tramos del campeonato, pero lo cerró con dos triunfos seguidos (contra Independiente y el “Granate”).
En el Clausura, fue Nicola quien volvió a abrir la persiana del gol: a los tres minutos del partido contra San Martín de San Juan anotó un tanto para encender la ilusión “decana”. Ese grito pareció activar una versión más confiada, punzante y peligrosa, que la sostuvo en el último duelo frente a Central Córdoba.
“Estoy contento, sobre todo por el grupo. Venimos entrenando bien desde la pretemporada; con intensidad, y eso se está empezando a notar en los partidos”, dijo en diálogo con LA GACETA, sobre este cambio de chip. Claro, en las dos primeras fechas, el uruguayo mostró señales de crecimiento.
En el debut contra el “Verdinegro” convirtió el primer gol del partido con una jugada que generó revuelo en redes sociales por su similitud con el tanto de Ángel Di María en la final del Mundial Qatar 2022. “Vi el gol de nuevo y se parece por cómo se gestó el ataque. Pero uno siempre trata de llegar al área y definir. Eso queda en la hinchada”, responde con naturalidad.
En la segunda fecha, frente a Central Córdoba de Santiago del Estero, Nicola no volvió a marcar un gol, pero se mostró más participativo en el juego del equipo. Se entendió bien con Mateo Coronel, buscó asociarse seguido con él, intentó desequilibrar en el uno contra uno, rompió líneas con diagonales y tuvo su momento más destacado con un tiro libre que exigió a Alan Aguerre sobre el palo izquierdo del arco que da espaldas hacia calle Bolivia.
“Nos falta más profundidad y más agresividad en el mano a mano, pero estamos en el camino correcto. Creo que individualmente también vamos a ir mejorando. El equipo tiene con qué”, afirmó sin filtros el uruguayo.
Nicola, además, compite con Nicolás Laméndola en su puesto; considera que “Chueco” es un gran compañero y mantiene una disputa sana por el puesto. “Nos llevamos muy bien y está bueno que todos podamos sumar. La competencia es sana y eso eleva el nivel de todos”, afirmó.
Nicola entiende el valor simbólico de la camiseta que le toca vestir en este presente. El número “10” no es cualquier número, y en Atlético también tiene un sabor especial. Pero él, no se desenfoca. “Mi objetivo es mantenerme entre los titulares, aportar con goles, asistencias y ayudar al equipo en lo que necesite. Todo se construye día a día”, aseguró.
El envión que vive hoy se explica también por el trabajo silencioso de la pretemporada. “Fue exigente, sobre todo en lo físico, y eso se vio en estos dos primeros partidos. Corrimos, presionamos, defendimos con intensidad y atacamos cuando teníamos que hacerlo. El equipo respondió”, destacó.
Nicola está feliz de su adaptación a Tucumán
Montevideo, su ciudad natal, quedó atrás, pero Tucumán ya se convirtió en su lugar de trabajo y de adaptación. “Me adapté rápido. La ciudad es tranquila, la gente me trata muy bien y eso ayuda mucho. Mi familia viene a visitarme seguido, así que también me siento acompañado”, contó el volante. Esa comodidad fuera del campo también se refleja en su confianza dentro de la cancha. “Allá todo queda cerca y eso me ayudó. Acá también se vive con calma; es muy distinto a Buenos Aires, por ejemplo. Esa tranquilidad me vino bien”, agregó con una sonrisa.
Nicola sabe que un buen arranque no alcanza. Sabe que necesita sostenerlo, repetirlo y mejorarlo. Tiene talento, velocidad, pegada y actitud. Y aunque todavía está en etapa de construcción, el uruguayo parece haber entendido el momento: quiere despegar en el Clausura.
Atlético lo necesita encendido, comprometido y regular. Y él está decidido a ser mucho más que una buena racha. Quiere ser una solución permanente por la banda izquierda.